Tabaco contra la salud sexual
El vigor sexual se hace humo
Lo que sí está claro es que en el último año se han duplicado los pacientes que quieren dejar el tabaco y acuden a un especialista para lograrlo.
Los tradicionales parches, chicles o caramelos, ya no parecen tan ventajosos a la hora de zanjar la dependencia de un fumador empedernido.
En cuanto a su relación con la actividad sexual, un estudio hecho por Médicos de la unidad de tabaquismo del hospital de Bellvitge, Barcelona (España), revela una influencia negativa, similar a la producida por el alcohol o las drogas que provocan impotencia y esterilidad. La clásica imagen del cine, con el cigarrillo como mito erótico y de vigor sexual parece a punto de desvanecerse.
Atrás quedarán los rostros más emblemáticos del cine asociados al 'fumando espero' como reclamo de gran erotismo. Las divas que se asomaban a la pantalla con el sugerente cigarrillo envueltas en humo, en tórridas escenas con su amante de turno colgado a su vez del tabaco como emblema del macho vigoroso. ¿Cómo no recordar a Humprey Bogart o a la erótica Rita Haywhort de 'Gilda', con su apasionado Glenn Ford, entre otros muchos títulos del cinema universal?
Terapia sexual
Todos los especialistas destacan la necesidad de la voluntad del paciente como factor indispensable para dejar el tabaco, al tiempo que cada uno puede escoger sus manías para frenar la ansiedad: oler fruta, tomar mucho café, masticar chicles, acudir a los parches, beber ingentes cantidades de agua y tisanas sedantes. Sin olvidar el refugio del sexo como calmante de la ansiedad generada en los primeros días de dejar el cigarro.
Todos los especialistas destacan la necesidad de la voluntad del paciente como factor indispensable para dejar el tabaco, al tiempo que cada uno puede escoger sus manías para frenar la ansiedad: oler fruta, tomar mucho café, masticar chicles, acudir a los parches, beber ingentes cantidades de agua y tisanas sedantes. Sin olvidar el refugio del sexo como calmante de la ansiedad generada en los primeros días de dejar el cigarro.
En las unidades de tabaquismo de los hospitales se concede gran importancia a las técnicas de relajación. Respiración profunda, pensar en cosas agradables y mentalizarse en positivo son buenos pasos. Mirar el reloj como meta e superación es otra estrategia.
Transcurridos algunos minutos sin fumar, el paciente se siente motivado en su autoestima y con fuerzas para seguir aguantando. Los líquidos y el deporte suave contribuyen a limpiar los pulmones y a mejorar el estado de salud en general.
A medida que pase el tiempo, la ansiedad se irá espaciando. Los deseos de refugiarse en el alcohol pueden ser fuertes al principio y han de reprimirse. No así los del sexo que, según los expertos, es un buen refugio para la ansiedad y libera las tóxinas acumuladas por el tabaco. Es también importante alejarse de los fumadores y cuidar la alimentación, dado que en los primeros días se produce un aumento del apetito que, a veces, puede ser incontrolado. Vigilar el peso es algo a tener en cuenta.
El mal humor surgido por la dependencia de la nicotina exige a veces fármacos sedantes o antidepresivos que ayuden al paciente, no obstante ¡una buena dosis de sexo le alegra el día a cualquiera! Los médicos insisten en que el factor más importante es la fuerza de voluntad y la autoexigencia.